Los desafíos que impone la COP, de acuerdo a los últimos análisis, indican que, si actuamos ya, podemos reducir las emisiones de carbono de aquí a 12 años.
Augusto Parra Ahumada Presidente de la Fundación Repúbica en Marcha
En Chile, según Informe País, publicado recientemente por la Universidad de Chile, cada año se pierden entre 20 a 25 mil hectáreas de terreno de bosque nativo, la biodiversidad se ha visto fuertemente afectada, por condicionantes como el cambio climático, la pérdida y degradación de hábitats, la contaminación, la sobre explotación de recursos y la introducción de especies exóticas invasoras, entre otros factores que representan un retroceso en todos los indicadores del informe, en el país que preside la COP25 y que según distintos informes de órganos internacionales, se sitúa entre uno de los más vulnerables, al cambio climático, dadas sus características geográficas.
Los desafíos que impone la COP de acuerdo a los últimos análisis indican que, si actuamos ya, podemos reducir las emisiones de carbono de aquí a 12 años y frenar el aumento de la temperatura media anual por debajo de los 2 °C, o incluso a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, según los datos científicos más recientes.
Resulta a lo menos motivo de preocupación, la ausencia de Merkel, Macron y Trump en la ceremonia inaugural y es de esperar no constituya algún síntoma de falta de compromiso, y los acuerdos alcanzados en esta COP sean sustantivos y coherentes con la urgencia que imprime, abordar la emergencia climática, sin dilación.
Chile puede y debe asumir liderazgo a partir de la oportunidad de presidir esta tan sustantiva cumbre y es a partir de ese desafío que me atrevo, a hacer algunas propuestas, reducir las emisiones, es el imperativo que no puede esperar, en el contexto de una era en que el sistema productivo parece no dar tregua, los nuevos paradigmas, deben orientar sus pasos hacia la comprensión que una producción armónica y comprometida con el medio ambiente, que no representa un costo ni una carga, sino se convierte en un factor de competitividad e incorporador de valor, para cuyos efectos basta con revisar la experiencia del envío de paltas Chilenas de Petorca a algunas cadenas de supermercados de Dinamarca, como por ejemplo Dansk Supermerket y Lidl y Aldi, desde marzo de 2017 han dejado de adquirir Paltas Chilenas, en cuanto estas no cuenten con certificación de trazabilidad, que indique de donde proviene el agua que utilizan y cuantos litros se utilizan en por kilo (Trazabilidad).
Demás está decir que no es posible, combatir el cambio climático si no es tarea de todos y es pues el consumidor, que debe ir adquiriendo hábitos de consumo sustentables, quien debe comenzar a ejercer un papel de control activo, es en esa lógica que hemos pensado proponer, comenzar a poner variables e indicadores, control a los procesos productivos, a través de la trazabilidad de carbono y agua, de alcance global, como acuerdo de la COP25.
¿Como funciona esta propuesta? Muy simple similar a la Ley de etiquetado de los alimentos, que le indican si son altos en sodio, en azucares, en grasas o grasas saturadas.
El primer paso es implementar en cada Estado miembro de la COP, servicios que ofrezcan la certificación de trazabilidad, reguladas y bajo normas universales, por los Estados partes, por ejemplo a través de Universidades o Institutos de asuntos hídricos y de CO2.
El segundo es una vez certificada las emisiones y la trazabilidad de cada producto que este en el mercado, este debe contar con un sistema de etiquetado que advierta al consumidor cuanto CO2 ha emitido y cuantos litros de agua se han utilizado, en la fabricación del producto que adquiere y estos indicadores deben a su vez orientar al productor para optimizar y modernizar sus procesos productivos en función de la disminución de trazabilidad, para ganar competitividad, con estímulos fiscales y a su vez con un consumidor activo en premiar, a las empresas comprometidas con la reducción de sus respectivas huellas.
El desafío del Capitalismo imperante en el mundo occidental, que tanto ha aportado a la riqueza y a reducir la pobreza mundial, es hacerse sostenible ambiental y socialmente, como paradigma fundamental del siglo XXI.
Fuente: www.diaroconcepcion.cl